tenemos nuestros propios valores, emociones y percepciones, cultura, lengua o religión, que
conforman nuestra particular identidad. Todos los hombres y mujeres somos absolutamente iguales, sin distinción alguna de etnia, color, físico, sexo, orientación sexual, edad, discapacidad, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.