A los fotógrafos les gustaría ser aceptados en sociedad como verdaderos artistas, tal y como lo son los pintores. Por eso han tratado y tratan aún de convertir la fotografía en lo que no es, por lo que se aprestan a introducir en sus obras sensaciones supuestamente pictóricas.
Picasso lamentó más de una vez no haber sido fotógrafo porque apreciaba la fotografía por su carácter verídico y su fuerza narrativa.
A la fotografía se le ha negado a menudo su condición de arte, pero nadie le ha discutido su condición de testimonio.
Hay quien asegura que "si la fotografía no es un arte, peor para el arte".
Artículo en EL PAIS de Alberto Galán.
(Mi profesor)